viernes, 6 de marzo de 2020


EL FEMINISMO NO ES UN MOVIMIENTO IDENTITARIO DEL SUJETO MUJER

El feminismo es un movimiento contra el sexismo y también contra el machismo que emana de éste. Es un movimiento contra la homofobia y la transfobia, pues ambas emanan del sexismo y también del machismo, pero sobre todo del sexismo que crea el género. El patriarcado es un orden heterosexual y también cisexista.

El feminismo es un movimiento contra la discriminación por diversidad funcional y sensorial en tanto la heterosexualidad y la cisexualidad colocan a las personas en marcos muy restringidos de deseo y de funcionalidad, y, por tanto, en un régimen capitalista, y, por ende, en condiciones de subsistencia inasumibles. Todo lo que queda al otro lado debiera ser llamado trans aunque privilegiadamente seamos los sujetos transexuales, transgéneros, travestis quienes nos llamamos a nosotrs misms así, dado que como colectivo llevamos décadas siendo estudiados y también generando teoría crítica al respecto. El movimiento crítico de personas con diversidad funcional y sensorial es llamado crip pero sin duda están también del otro lado.

El 8 de marzo no viene del sujeto esencialista e identitario mujer. El 8 de marzo viene de ls múltiples sujets identitarixs a quienes les han impuesto la marca mujer. “El 8 de marzo de 1875, cientos de mujeres trabajadoras de una fábrica de textiles de Nueva York marcharon por las calles contra los bajos salarios, menos de la mitad de lo que cobraban los hombres. Esa jornada acabó con la vida de 120 mujeres debido a las brutales cargas policiales. Este hecho motivó que las trabajadoras fundaran el primer sindicato femenino”(Extraído el 6/3/2020 de https://okdiario.com/curiosidades/dia-mujer-origen-1932496 ).

El 8 de marzo viene de un conflicto laboral sistémico, aquel que la heterosexualidad y la cisexualidad instituyó como sistema económico. La heterosexualidad contempla que sean las personas de sexo femenino quienes críen a ls niñs y además sean sustentadas por las personas de sexo masculino con quienes forman el núcleo familiar.

La cisexualidad impone un género concreto a las personas asignadas o reasignadas al nacer al sexo femenino y otro género para aquellas personas asignadas al sexo masculino.

El esencialismo con respecto a los sexos (el género) tiene que ver con las características que se suponen deseables a uno y otro sexo en función del orden socio-económico heterosexual y cisexual al que obedecen. Esto significa que la marca de género que se le impone a las personas o el Marco de género (sexo/fisio/rol y orientación) se impone a todas las personas en función del sexo asignado o reasignado al nacer, lo que supone que esta marca no tenga nada que ver con algo identitario de la propia persona más allá del daño que esta marca le haga, sino que es una marca que la cultura desde todos sus flancos impone; y que en función de la identidad de la persona deviene en distintos resultados vivenciales. No obstante hay que añadir que cuanto más se aleje la persona del género que debiera performar o del sexo que debiera "poder" ser asignado al nacer y de las expectativas sociales que despierta su sexo, mayores violencias mediarán en el diálogo de imponer el determinado género o el determinado sexo. Con esto no quiero decir que el género de por sí no sea violento y desigual para las personas cisexuales en ambas vertientes aunque con un marcado desequilibrio de poder entre la mujer y el hombre con vistas a la autonomía y a la libertad y seguridad, en suma al bienestar.

En 1875 aquellas personas llamadas mujeres podían ser o no ser mujeres, seguramente, lo más probable es que muchas de estas personas fueran de sexo femenino (asignado o reasignado al nacer o incluso reasignado por travestismo posteriormente). Esto significa que esas personas a las que llaman mujeres podían serlo o no serlo, lo que es claro es que habían sido asignadas o reasignadas al sexo femenino y por eso habían sido contratadas aunque algunas pudieran no sentirse tal cual las proyectaban, esto no podemos saberlo pero debemos advertir que la desigualdad salarial no es por ser mujeres esencialmente sino por la marca mujer que les ha sido impuesta.

Algunas de estas personas seguramente serían lesbianas, otras serían hombres trans, no binarios, no binaries, no binarias, bisexuales, intersex e incluso mujeres trans. La marca les habría sido impuesta únicamente por la asignación o reasignación al sexo femenino aunque no se sintieran mujeres o no se sintieran mujeres heterosexuales o cisexuales. De hecho, es mucho más probable que fueran las personas butch, lesbianas, nb, bisexuales y trans (hombres y mujeres) quienes antes se rebelaran contra la desigualdad salarial, en tanto de ello dependía su supervivencia, dado que no mantienen relaciones heterosexuales (por lo menos al uso) que pudieran garantizar su digna permanencia en este mundo.

Sin en esta fábrica de textiles o en otra no habían mujeres trans o travestis, ni personas con diversidad funcional o sensorial sería más porque no las hubieran querido contratar por una cuestión de sexismo, de machismo y en cualquier caso de patriarcado heterocisexista que porque no necesitaran un trabajo para poder subsistir dignamente.

Es ahí donde el feminismo debiera hacer hincapié en tanto quienes pudieron revelarse a la desigualdad salarial era por el privilegio de poder acceder a un salario aunque fuera mínimo garantizaba su supervivencia.
Si en esa fábrica no habían personas racializadas es más porque no pudieran ser contratadas como el resto (al igual que pasa en nuestros días en muchos casos) que porque no necesitaran un trabajo para vivir en un orden capitalista de tipo heterosexual. Y es ahí donde debe poner la vista el feminismo, en tanto que si se permite la vulneración del derecho de colectivos más vulnerables por el orden organizativo del privilegio y la discriminación sexual, racial, nacional, de capacidad, religiosa, etc. Nada garantiza que mañana vayan a vulnerar al colectivo del que formas parte. Y por una cuestión de armonía y justicia social debiera la empatía ser más proactiva. Por otro lado el género es una creación extensiva de la heterosexualidad y por ende las minorías sexuales (de identidad y orientación) no sólo deben formar parte del feminismo sino que debieran combatir en sus primeras líneas porque no sólo el género debe ser libre, el régimen de heterosexualidad obligatoria que ha engendrado tantos males debe diluirse en la diversidad de deseos y colocarse en igualdad con estos, sin ostentar la creación de un régimen político, económico y social.

Hechas estas aclaraciones y este breve análisis sólo diré que en la actualidad mucha parte del movimiento feminista pretende ignorar y borrar de un plumazo que el sujeto mujer es una marca que se impone a muchos colectivos diferentes de personas, de las cuales alguns no se identifican con el sujeto esencialista ni con el sujeto cisexista mujer.

El género no debiera ser un contrato sexual que mejorar entre personas heterocisexuales a costa de las minorías que somos excluídas e invisibilizadas. Este hecho puede llamarse perfectamente violencia en tanto el nivel de abuso que persigue su intencionalidad más sumergida y que sustenta su no intencionalidad. El género debiera ser libre e igualitario para todas las personas y todos los cuerpos. Los hombres deberían poder ser mujeres y al revés o no ser ninguno de ambos o los dos. Las personas debieran poderse descubrir tal cual son columpiándose entre la masculinidad y la feminidad a su antojo y placer. Debieran adaptar estas normas rígidas del cisexismo a los distintos cuerpos, a las distintas capacidades, a las distintas inclinaciones y proyectos vitales sin menoscabo de la dignidad e integridad de ninguna persona por el hecho de ser diferentes y tener diferentes capacidades e inquietudes. Deberíamos entender la pluralidad.

Por otro lado el racismo es un mal que intersecciona directamente en el patriarcado en tanto que éste es un régimen heterosexual político y económico y no sólo afecta a las mujeres que se sienten mujeres también afecta muy negativamente a personas no caucásicas y no culturalmente occidentales, al margen de que se sientan o no mujeres. Afecta a todas aquellas personas que arrastran la marca interpuesta mujer, sea por omisión o por analogía. El sexismo, el machismo deviene en heterosexualidad obligatoria, por ende en homofobia, transfoia, nbfobia, capacitismo, pero también éste mismo régimen socioeconómico heterosexual deviene en racismo por una cuestión meramente libidinosa y de robo.

El patriarcado afecta y mucho a las mujeres transexuales, transgéneros, travestis y trans, a los hombres transexuales, transgéneros, travestis y trans, a personas no binarias, no binarios y no binaries (bigénero, agéneros…). Afecta a personas asexuales, bisexuales, pansexuales, homosexuales, lesbianas. Afecta a personas en silla de ruedas, sordas, ciegas, personas cojas, mancas, con diferentes apariencias, con diferentes capacidades. Afecta a personas racializadas, migrantes y no occidentalizadas en cultura, en nación o en religión. Y afecta t a ls pelirrojs 😝 Ténganlo en cuenta por favor.

El patriarcado es un régimen político y económico desigual, se manifiesta a través del capitalismo que parece ser el método más silencioso y sutil de violencia por el cual la fuerza se demuestra de otras formas "aparentemente" sostenibles.

Un abrazo a todas las personas que luchan por la libertad del otre/x/@